¿Realidad o Ficción? Introduciendo tu PIN al revés puede avisar a la policía en caso de emergencia

¿Los cajeros automáticos tienen alguna forma secreta de llamar a la policía? Y, ¿puedes confiar en algo que esté escrito completamente en MAYÚSCULAS?

Hoy continuaremos con nuestra serie sobre realidad o ficción, en la que tratamos de desenmascarar ciertas leyendas, con una historia sobre una increíble y única característica que parece estar integrada en todos los cajeros del mundo.

“Si te intentan robar al sacar dinero del cajero automático (o te están forzando a hacerlo), sígueles la corriente. Simplemente introduce tu código PIN, pero al revés – por ejemplo, teclea 4321 en vez de 1234. Mientras lo haces, el cajero automático alertará discretamente a la policía y hará que la máquina parezca no funcionar.

“Todos los cajeros automáticos emplean esta función, pero solo algunas personas lo saben. ¡Díselo a todo el mundo! ¡PUBLICA ESTE CONSEJO EN TU MURO Y COMPARTE!”

Esta leyenda urbana tiene una década de antigüedad y se pasea por Internet constantemente. Sorprendentemente, muchos usuarios se preocupan tanto de este tema que comparten continuamente este cuento viejo con sus amigos, invitándolos a ¡LEERLO INMEDIATAMENTE!

Como pasa con todas las leyendas urbanas, hay algo de verdad en este mito. La idea de contar con un “código de emergencia” en los cajeros automáticos se ha estado gestando desde hace tiempo y, obviamente, es aquí donde se originó el mito.

En 1994, Joseph Zinger, un abogado americano presentó una patente con este método. Zinger ofreció renderizar un PIN revertido como llamada de emergencia del banco a la policía. Las secuencias palíndromas como 9119, que se leen por los dos lados, no se deben utilizar como códigos PIN para nada.

Zinger consiguió la patente en cuestión, sin embargo, la implementación no fue sencilla. Los bancos y los reguladores no estaban entusiasmados con la idea. En los años 2000 los legisladores de varios estados de Estados Unidos trataron de aprobar un proyecto de ley para hacer que los bancos implementaran este método. Esto también sucedió en una época en que empezaron a circular por Internet los primeros correos en cadena describiendo el truco del código PIN invertido.

Sin embargo, la discusión nunca se hizo realidad y los cajeros automáticos nunca vieron este lanzamiento en su tecnología. Los oponentes a la idea de Zinger presentaron argumentos razonables en contra.

En primer lugar, este sistema es muy costoso de implementar.

En segundo lugar, es complicado evaluar la eficiencia del sistema en tiempo real. Aunque pueda salvaguardar el dinero de la víctima en su tarjeta de crédito, este método no puede prever el comportamiento del criminal. Por ejemplo, ¿y si el criminal encolerizado hiere o mata a la víctima? ¿No es un coste demasiado alto a pagar? De hecho, es posible que la policía no llegue a tiempo para prevenir el crimen, entonces, ¿de qué sirve?

La tercera cuestión sobre inviabilidad de esta implementación serían las falsas alarmas, que podrían suponer una distracción constantemente para la policía.

El elemento final que resaltaron los detractores en contra de este método es el elemento humano. ¿Cuántas personas serían capaces de insertar correctamente su PIN al revés en una situación de tan extrema como es tener un arma apuntándote directamente? Hay muchos argumentos en contra.

Más tarde, los competidores de Zinger ofrecieron un sistema alternativo. En este caso, el cliente debería marcar el código PIN y después pulsar un símbolo secreto para confirmar o cancelar la transacción. Esta tecnología sugerida tampoco fue implementada nunca.

En 2010, la Comisión Federal de Comercio analizó la situación y llegó a la conclusión de que todas las tecnologías acerca de implementar una especie de “botón de pánico” quedan bien en papel pero no tienen ningún valor práctico.

Eso significa que ninguno de los trucos sobre invertir el PIN supone una solución viable. Los bancos recomiendan evitar el uso de los cajeros automáticos más solitarios y tener cuidado con las personas que parecen sospechosas y que merodean. Este consejo también se aplica al skimming.

Y por último, cualquier recomendación en Internet que esté acompañada por frases en mayúsculas acompañadas por una gran cantidad de signos de admiración y que llaman a difundir la información, no son más que cadenas de e-mails. Simplemente no las compartas.

Entonces, ¿es realidad o ficción el hecho de que al introducir el PIN invertido en un cajero se envíe un aviso a la policía? Es ficción, por supuesto.

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