Para bien o para mal, los lentes de Google (Google Glasses) van a cambiar el juego de la privacidad.

Si vamos a creer en todos los titulares de esta semana, entonces parece que el gigante de las búsquedas finalmente ha enviado los primeros modelos de desarrollador de Google Glass;

Si vamos a creer en todos los titulares de esta semana, entonces parece que el gigante de las búsquedas finalmente ha enviado los primeros modelos de desarrollador de Google Glass; las elegantes, desconcertantes, y muy esperadas gafas (o lo que terminaremos llamando, como nueva categoría, computadoras faciales), de las que se han escuchado muchas burlas.

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El proyecto Google Glass, y la eventual creación de los lentes de Google, ha sido fuente de cierta especulación y contención seria. Para algunos, el increíblemente costoso producto representa una nueva tecnología, innovadora y revolucionaria. Sin embargo, para otros, Google Glass es un repotaje  casi perfecto y totalmente autocrítico sobre quiénes somos; que satiriza la cultura global que exige nuevas formas de conectar y compartir y, simultáneamente está obsesionada y dispuesta a pagar precios exorbitantes por “lo más nuevo”, sin importar qué tan ridículo sea.

Piensa realmente en esto: ¿hay algo que podría resumir el espíritu de la segunda década del tercer milenio mejor que Google Glass? Estamos hablando de gafas electrónicas, ancladas a los oídos (como la mayoría de los lentes) con una pantalla pequeña de computadora, suspendida frente al ojo humano. No hay mucha concordancia respecto al “último y más grandioso dispositivo de consumo”. Sin embargo, hay un consenso ineludiblemente en que los portadores de Google Glass tienen un parecido sorprendente con quien usaba el VISOR, el ingeniero espacial, Geordi La Forge, de “Star Trek: The Next Generation.”

Dejando todo esto de lado, Kasperksy Daily es un sitio de seguridad, y estamos interesados ​​en la amplia y profunda incidencia en la privacidad de una computadora que, probablemente ve todo lo que sus usuarios ven. Independientemente de las ideas personales que puedas tener sobre la necesidad o la falta de Google Glass, o incluso lo que se dice sobre nosotros como pueblo, todo el mundo (excepto Eric Schmidt, Larry Page y Sergey Brin) parece por lo menos remotamente preocupado por cómo Google Glass afectará el paisaje de la privacidad del consumidor, que no es algo muy grande para empezar.

Irónicamente, Mark Zuckerberg, cuya red social, Facebook, ha competido siempre con Google por los ingresos publicitarios, recientemente le dijo al Telegraph que él, no sólo estaba emocionado por tener su propio par de gafas de Google, sino que además ha separado a tres de sus ingenieros para desarrollar aplicaciones Google Glass, tan pronto como reciban sus copias avanzadas del dispositivo. Sin embargo, al final, la aparente aprobación de Zuckerberg es sólo irónica, debido a la complicada relación histórica de Facebook con su rival, Google. De hecho, teniendo en cuenta que Facebook hace una gran cantidad de dinero vendiendo datos de sus usuarios, Zuckerberg es exactamente el tipo de persona que estaría entusiasmada con Google Glass, independientemente de los problemas de privacidad.

Esto podría ser un momento Sputnik para la privacidad personal. Con esto quiero decir que Google Glass podría ser un gran punto de inflexión para la privacidad de los consumidores. Por desgracia, es igual y tal vez más probable que Google Glass sea la gota que finalmente haga rebalsar el vaso.

Al menos un bar, con base en Seattle, el 5 Point, ha declarado públicamente que no va a permitir que los clientes usen sus gafas de Google dentro del bar. Al parecer, el 5 Point, con su clientela ecléctica y sus cabezas de alces a la carga, es el tipo de lugar que requiere discreción, pero en realidad, el bar de Seattle es sólo un ejemplo del mundo real de una guerra que se puede ver venir. Todos los bares (y otros establecimientos para adultos) son lugares de discreción en cierta forma, y todos deberíamos poder enterrar nuestras caras en un cóctel o dos, sin preocuparnos de que algún idiota nos grabe en esa situación, ya sea al estilo de los años ’80, con una Camcorder, o con algún tipo de teléfono inteligente.

El ejemplo de este bar es como una novela de los problemas de privacidad, en el contexto más amplio. Sin restar importancia a la privacidad personal y del consumidor, que son temas de gran interés aquí en Kaspersky Daily, las principales compañías de tecnología han sido, en el mejor de los casos, indiferentes en cuanto a su respeto por la privacidad del consumidor. Algo a lo que nadie es indiferente, sin embargo, son los derechos de autor y la violación de los mismos. Si piensas que el 5 Point está siendo agresivo en su política respecto a los Google Glasses, sólo tienes que esperar a ver las políticas promulgadas por la Liga Nacional de Fútbol Americano, Hollywood, y cualquier número de otras organizaciones que ya están irritables sobre recreaciones no solicitadas de sus productos. La realidad es que ya es bastante fácil de filmar secretamente lo que quieras, y está a punto de ponerse mucho más fácil, ahora que Google va a traer la web y todas sus herramientas a sus gafas.

Y esta idea de filmar en secreto lo que quieras, es el pequeño grano de arena en el gran esquema de cosas, sobre todo, y como se dijo anteriormente, cuando ya se puede hacer todo eso. Hay algo más preocupante que grabar secretamente a alguien o algo, y es el hecho de que Google puede realizar un seguimiento de tu ubicación y comportamiento, que ya es un gran tema de preocupación importante en la era de los teléfonos inteligentes y computadoras portátiles, muy abiertamente. El verdadero cambio en la privacidad que Google Glass está marcando es una línea divisoria que da la posibilidad de que Google, o cualquier otro fabricante de espéculos electrónicos, tengan la capacidad de ver lo que las personas que usan estos dispositivos pueden ver, lo que realmente hace que nuestros problemas de privacidad con respecto a la función “Muestra lo que estoy escuchando” de BlackBerry,

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