La Regla De “Seis” (Parte 1)

Uno de los giros más importantes que tomó Kaspersky Lab en su camino a convertirse en un participante de renombre en la industria de la seguridad informática, fue el lanzamiento

Uno de los giros más importantes que tomó Kaspersky Lab en su camino a convertirse en un participante de renombre en la industria de la seguridad informática, fue el lanzamiento de la revolucionara versión de Kaspersky Anti-Virus 6.0. Lanzado oficialmente en 2006, este producto se tornó un éxito rotundo en el mercado global de antivirus y colocó a Kaspersky Lab entre los líderes de tecnología en los años posteriores. Sería vanidoso de nuestra parte llamarnos a nosotros mismos la mejor solución antivirus del mundo, por suerte un gran número de revistas y benchmarks independientes lo hicieron por nosotros.

El camino hacia el éxito no fue nada sencillo. Tal vez algún guionista de Hollywood en algún momento quiera tomar nuestra historia y llevarla a la pantalla grande, pero, por el momento, trataremos de relatar nuestra historia con fotos, notas y recuerdos del equipo original de desarrolladores. Tenemos la esperanza de que esta historia sirva como ejemplo para los desarrolladores más jóvenes que realizan nuevas aplicaciones y servicios hoy en día, siempre y cuando tengan tan presente como nosotros el sueño de convertirse en los mejores.

Una foto de renombre, tomada el día del lanzamiento técnico de la versión “Seis”.

Problema 2003

El éxito de “Seis” estuvo arraigado en el fracaso catastrófico de la versión de Kaspersky Antivirus 5.0. De hecho, la versión 5 nunca vio la luz del día como fue concebida originalmente.

Para entender la esencia de esta catástrofe, debemos retroceder al año 2002. Windows XP recién comenzaba a aparecer en las góndolas; las CPUs recién lograban alcanzar 1 Ghz de velocidad y la joven industria de antivirus se encontraba frente a una nueva variedad de amenazas. Todas las compañías desarrolladoras de antivirus comenzaban a extender las capacidades de sus productos: para que una solución pudiera ser competitiva, debía de contar con un firewall, un monitoreo constante de los archivos del sistema y una docena de otras herramientas.

Dado poderoso motor de análisis que había sido creado en la década de los 90′, el equipo de desarrolladores de Kaspersky admitió que agregarle nuevas herramientas al producto lo volvería insoportablemente lento. Incluso la versión 4.0 ya había sido condenada por los usuarios en este sentido (frases como “Kaspersky es lento” eran parte del folclore de la informática). Es por esta razón que el proceso de creación de la nueva versión 5.0 fue llevado con especial cuidado, considerando las esencias nucleares del negocio: se nombró un nuevo director de tecnología (CTO), se contrataron nuevos desarrolladores y se eligió una nueva arquitectura para el antivirus.

La compañía puso en juego todos sus recursos para llevar adelante este proyecto. Sin embargo, en el plazo de un año se llegó a la conclusión de que todos estos cambios no implicaban necesariamente la fabricación de un producto competitivo. El producto resultante, que fue una reproducción de aplicaciones para clientes empresariales (la arquitectura elegida por el nuevo CTO), no fue capaz de cumplir con los requisitos impuestos por los demás productos antivirus del mercado. Era lento y pesado y los errores no disminuían a medida que el equipo sometía el software a distintas pruebas, sino que, por el contrario, aumentaban.

“Comencé a preguntarles a los veteranos de nuestra compañía qué era lo que ellos pensaban. Ellos me dijeron que el problema estaba en la arquitectura. Era como una casa hecha de cartas. Tratando de arreglar una sola carta, se derribó la casa entera”, admitió Eugene Kaspersky. No tenía sentido continuar con el proyecto tal y como estaba. La construcción debía de ser demolida completamente y había que empezar una nueva desde cero.

¡Podemos hacerlo!

El equipo de desarrolladores de Kaspersky Lab se dividió en dos grupos: uno de ellos puso todos sus esfuerzos en solucionar los problemas del producto, lidiando con mala decisión sobre la arquitectura y, el otro, se encargó de transformar la versión 4.0 en un producto renovado.

Al mismo tiempo, un grupo de cuatro integrantes puso manos a la obra para crear un nuevo producto que no sólo estuviera alineado con las exigencias del mercado, sino que también fuera un reto de cara al futuro. El objetivo establecido por el grupo de los “seis”, era fácil de explicar, aunque muy difícil de llevar a la práctica. La nueva versión tendría que prevenir la filtración en los sistemas de todos los nuevos virus y amenazas, pero, además tendría que ser rápido, trasparente y… tenía que ser atractivo.

“Nosotros queríamos hacer el mejor producto de la historia”, recuerda el equipo de los “Seis” desarrolladores. Se trataba de un equipo muy pequeño para llevar adelante una tarea tan monumental. Sin embargo, el equipo, a pesar de ser pequeño, tenía razones para ser optimista: los fundadores de la compañía, Eugene Kaspersky y Alexey De-Monderik, estaban buscando alternativas para una nueva arquitectura y estaban a punto de descubrir que esa alternativa existía y que había sido ya inventada nada menos que por el equipo de Kaspersky.

 

Traducido Por: Guillermo Vidal Quinteiro

Consejos